Estas preguntas motivan a niños, jóvenes y adultos a presentar teorías, colaborar y pensar críticamente. Una buena Gran Pregunta conectará más de un área temática: “¿Qué es un insecto?” por ejemplo, no toca tantos temas diferentes como “¿Qué pasaría con la tierra si todos los insectos desaparecieran?”.
Algunas preguntas son extensas, algunas precisas, algunas inocentes y algunas punzantes. Pueden articularse con lo que los niños aprenden en la escuela; pueden venir de las experiencias cotidianas de los participantes; surgen de sus necesidades y retos vitales o pueden ser algo completamente nuevo.
Deben fomentar la búsqueda, la discusión y el pensamiento crítico. Las Grandes Preguntas no tratan sólo de conseguir las respuestas “correctas”, sino de aprender los métodos y las habilidades necesarias para encontrar las respuestas.