El sol se alzaba sobre los campos de Piendamó, Cauca, tejiendo una tela dorada sobre el paisaje sereno de El Agrado. Era el 30 de marzo de 2023, y en este rincón tranquilo, la emoción se palpaba en el aire. Exploradores SOLE, Exploradores OIM, el Explorador Hilador y el Equipo de SOLE Colombia se congregaban para embarcarse en una jornada de descubrimiento sin igual.
La Visita de Reconocimiento es parte esencial del Programa Hilando Vidas y Esperanza de USAID, implementado por OIM, estaba a punto de desatar una cascada de conocimiento y esperanza en la comunidad de El Agrado. Niños, jóvenes, adultos y adultos mayores, junto con dos docentes entusiastas, se reunieron para abrazar la oportunidad de aprender, dialogar y crear juntos.
La magia del SOLE llenó el aire mientras la comunidad se adentraba en un viaje de autoexploración y colaboración. Durante cinco horas llenas de curiosidad, investigaron, compartieron experiencias y se sumergieron en un océano de conocimiento. El SOLE no solo fue una metodología, sino una ventana abierta hacia nuevas posibilidades, una oportunidad para explorar y crecer juntos.
En este rincón remoto, las conexiones personales se convirtieron en la base para grandes preguntas y descubrimientos. La diversidad de edades y experiencias enriqueció cada conversación, cada intercambio de ideas. Desde los más jóvenes hasta los más mayores, todos tenían algo valioso que aportar, y juntos, encontraron respuestas a inquietudes compartidas.El SOLE no solo fue un momento de investigación y aprendizaje, sino también una oportunidad para mejorar la vida cotidiana de la comunidad. Las pruebas de conectividad revelaron nuevas formas de mejorar el acceso a internet en la zona, una herramienta vital en el mundo moderno.
Al final del día, la comunidad de El Agrado había descubierto algo poderoso: el SOLE era mucho más que una metodología educativa, era una puerta hacia un futuro lleno de posibilidades. A través del aprendizaje colaborativo, habían encontrado un camino hacia la comprensión mutua, la resolución de problemas y el crecimiento personal y colectivo. Así fue como se unieron 3 nuevos Embajaores a esta aventura SOLEra.
Entre risas, intercambios y momentos de reflexión, la comunidad de El Agrado escribió el primer capítulo de una historia de aprendizaje que perduraría en el tiempo. El SOLE había llegado para quedarse, y con él, una nueva era de descubrimiento y esperanza.
¿Quieres sumergirte en esta emocionante jornada? Puedes revivir el encuentro en esta foto: